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jueves, 13 de enero de 2011

Descubriendo puertos BIG "desconocidos" con el frio de enero (I)

Para este primer dia, debo diseñar una etapa fácil, ya que he trabajado de noche y no pude salir de Manresa hasta las 7 de la mañana. Como no hay ningún BIG cercano a este Mont Saint Clair para enlazar al menos un par de ellos, busqué algo interesante que poder ver por la zona. Ví que en los mapas resaltaban la Abadía de Valmagne y tampoco muy lejos estaban las Gorges de l´Herault, así que a por ellos que me voy.


Empiezo la jornada por una carretera estupenda, en ligera subida, en un dia soleado y muy agradable.


Pronto veo el reflejo del mar a lo lejos, y el montículo que va a ser el BIG del dia, el Mont Saint Clair.


No tardo en llegar a la abadia de Valmagne.

La abadía fue fundada en 1138 por Raymond I de Trencavel, vizconde de Béziers, quien la puso bajo el control de los benedictinos. En 1159 se unió a la Abadía de Cîteaux quedando por tanto adscrita a la Orden del Císter.

Vivió su época dorada entre los siglos XII y XIV, siendo saqueada varias veces durante la Guerra de los Cien Años y posteriormente la Revolución francesa (lo que obligaría a los últimos monjes a abandonar la abadía en 1789). En ese momento la abadía es confiscada y nombrada Bien nacional para ser posteriormente vendida en 1791 a M. Granier-Joyeuse. De ahí pasaría al Conde de Turenne (en 1838) a cuya familia pertenece en la actualidad. Está clasificada como Monumento Histórico.


En descenso hacia el Mediterraneo, paso por Lupian, con su Castillo medieval.


Llego a nivel del mar, en la Albufera de Thau, importante centro de producción de ostras y cangrejos.


Paso por el puerto de Balaruc...


... y continuo pedaleando al borde mismo del mar, en esta albufera donde no hay playas, dirigiéndome a Sete, donde se alza el Mont Saint Clair.


La subida a este monte es totalmente urbana, con unas cuestas tremendas y donde veo una señal que marca el 20% de desnivel. Realmente es corta pero durísima.


Desde arriba, impresionantes vistas de la ciudad de Sete. Hasta finales del s. XVII la colina apenas estaba poblada, la gente vivía en la parte más cercana al mar. La colina, el Mont Saint Clair, servía de refugio de piratas y corsarios, el más famoso de los cuales fué Barbarroja.


Conseguido el único BIG de hoy, el Mont Saint Clair.


La bajada tremenda pone a prueba los frenos.


Entre los árboles, puedo ver el estrecho brazo de tierra que cierra la albufera.


En el centro de Sete, de nuevo a nivel del mar.


La estación de Sete me despide de la ciudad, me voy en busca de zonas muchísimo más tranquilas y rurales.


Camino de Cournonsec, los árboles marcan los límites de la carretera. El arcén es inexistente.


La carretera se vuelve rugosa subiendo hacia Viols. Estas ya son las típicas carreteritas francesas, donde casi todo está asfaltado pero sin desentonar con la naturaleza. Ay... si aquí en España aprendieran...


En Viols paro en esta fuente a llenar el bidón. El agua no puede faltar!


Desde la Montagne de la Suque tengo estas buenas vistas, recompensa al esfuerzo de una larga subida.


Paso bordeando Saint Martin de Londres, sabiendo que lo que me resta apenas tiene complicación.


El rio Herault no lo veo aun, pero no dudo en saber por donde va...


Ahora sí que ya lo veo, atravieso el puente y voy a por la última tachuela del dia.


Desde lo alto de 4 chemins, el Rio Herault.


La carretera se hace amiga del rio y lo va siguiendo fielmente. Es una zona donde abundan los puestos de alquiler de canoas y deportes de rio.


En St Guilhem le Dessert paro de nuevo a por más agua, y es que el bocadillo que me he comido empieza a hacerse notar.


Bonito pueblo este de St Guilhem. Es un pueblo medieval, clasificado con el sello de calidad de Los pueblos más bellos de Francia, Les plus beaux villages de France y como Grand site national de Francia. En 1840 la Abadía de Gellone fue declarada monumento histórico, restaurándose en gran parte, y en 1998 fue clasificado como Patrimonio de la humanidad por la Unesco como parte del Camino de Santiago en Francia.


Ahora tengo la ocasión de atravesar las Gorges de l´Herault, otro punto de interés de esta etapa.


Me encantan estos puentes! Este es el Pont du diable, pertenece al municipio de Aniane y marca el fin de las Gorges de l´Herault.


Ahora solo me resta ir rodando kilómetros y kilómetros hasta llegar al final de etapa, por carreteras con largas rectas.


Muy deprisa, cae la tarde...


Se apaga el dia y se enciende el cielo.


Llego a Montagnac en total penumbra, he tenido que apretar la última hora para no necesitar sacar las luces.


En el coche, me quito la ropa, me seco bien el sudor y me visto de calle, bien abrigado pues la temperatura baja con rapidez.

Tengo un traslado considerable hasta el punto de inicio de la etapa de mañana. Voy a dormir en el coche, el saco que llevo es bueno pero me asusta la hora de despertarme y tener que salir del saco. Con gran acierto, tomo la decisión de hacer solamente hoy una parte del traslado, dormir en algún punto entre medio y al despertar continuar hasta el pueblo de salida en cuestión. Así, podré calentarme por la mañana con la calefacción del coche en ese trayecto y empezar la etapa con el cuerpo y la ropa calentitos.

Dicho y hecho. Me pongo en camino y cuando según el GPS me queda algo menos de una hora para llegar, en un pueblo que ni siquiera sé ni supe su nombre veo un parking con servicios públicos y me quedo. Me cocino un plato de pasta dentro del coche y a eso de las 9 de la noche me meto dentro del saco.

No puedo irme sin hablar bien del saco... que caliente!!! Me metí con camiseta y calcetines, por si acaso... y a los 2 minutos tuve que sacármelos porque me asaba de calor!!! Menuda inversión más buena hice, valió una pasta, pero fué dinero bien gastado sin ninguna duda.



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