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sábado, 10 de marzo de 2012

Meseta oriental. Reserva de Sonsaz


Hoy viene la etapa reina. Larga, 200 kms, y dura, 4.000 metros de desnivel. Por tanto, como en esta primera quinzena de marzo las horas de luz aun no nos permiten muchas alegrías, hay que apurar al máximo. En cuanto puedo ver más de un palmo delante de mis narices, me pongo en marcha, bien pertrechado con reflectantes.

Al paso por Arbancón, todavía podemos decir que ilumina más la luna que el sol.


Primer calentón de piernas para subir el Alto de Torrecilla, sin lograr ven todavía la luz solar, aunque está inminente.


Camino de Tamajón el cielo, completamente libre de nubes, me augura una etapa de mucho disfrute.





La Iglesia de la Asunción, en la entrada de Tamajón.


Tras el pueblo, la Ciudad Encantada de Tamajón. Un entorno en el que las piedras calizas toman formas caprichosas debido a la erosión del viento y el agua.






A un par de kilómetros del pueblo, y pasada la Ciudad Encantada, la Ermita de la Virgen de los Enebrales, patrona del pueblo.


Entrando en la Reserva Nacional de Caza de Sonsaz, y en la zona de los "pueblos negros".


Pasando por Campillejo, el primero de los pueblos negros que me encuentro en el camino. La arquitectura negra es un tipo de arquitectura popular que emplea como elemento constructivo principal la pizarra.





A lo lejos Campillo de Ranas. En 2008 la empresa Telefónica graba un anuncio de ADSL en este pueblo en donde, curiosamente, no tiene cobertura.

Por una carretera secundaria, voy a buscar el Alto de Peñalba.


Una zona de agradable rodar, si no fuera porque sé lo que me va a venir...


Allí delante creo ver lo que es la subida a Peñalba. Se ve algo lejos aún!


Pero llega el principal escollo: la "Muralla China", una fuerte bajada y posterior subida en hormigón rallado, protegida por unos pilones de piedra que hacer pensar en la muralla del gran país asiático.





Rampas sin compasión, en este tramo de camino adecentado para salvar el barranco del rio Jaramillo.


Tras la muralla china, vuelve la calma.


Tras Corralejo, la carretera vuelve a ser impecable, solamente manchada por los recuerdos que van dejando estos rumiantes que ahora me observan con cara de sorpresa.


El Cabeza de Cabida, que voy a ir rodeando, y al fondo la Sierra de Ayllón.


Por muy grandes que sean, no serán obstáculo para que alcance mi destino. Dejar paso, bichos!


En el Alto de Peñalba, veo con admiración todo lo que ido dejando atrás.


Un burucartel de madera invita al descanso. Pero la etapa es muy larga, y no puedo permitirme demasiado tiempo en estos regalos para el cuerpo.





Tengo que deshacer todo el camino, desde la zona de los pueblos negros. Por suerte, ahora mayormente en bajada...


... aunque no me escaparé de tener que subir la muralla china por donde antes la bajé. Vaya pared ...


Llego a Campillo de Ranas y emprendo la mejor subida de todas las que hice en estos 5 dias: el Collado de la Quesera.


Una preciosidad de carretera, con múltiples descansos, aunque más larga que un dia sin pan. Imágenes para disfrutar!








Genial esta zona de los Riscos del Coso.





Encarándome hacia la Sierra de Ayllón.








Y llego al Collado de la Quesera. En la cima, otro burucartel. Voy bien de tiempo, así que puedo descansar otros minutejos aquí, en este paraiso del Sistema Central.











Bajaré por la vertiente segoviana, hacia Riaza. Puedo ver en el fondo el Embalse de Riofrío, dando un toque de color a tan desangelado panorama.


Me detengo en Riaza para visitar la Plaza Mayor. De típica arquitectura con soportales que rodea a una plaza de suelo de arena circular, donde los meses de septiembre y como celebración de las Fiestas de Nuestra señora del Manto y de Hontanares tiene lugar corridas de toros.


Por dehesas y praderas, voy dirección noreste a buscar la población de Santibáñez de Ayllón.





Mala pinta me da este pueblo, Santibáñez de Ayllón, donde han encontrado yacimientos prehistóricos. Para rematarlo, la carretera es un suplicio de dejada que está.


Subiendo al Parque eólico de la Sierra de Pela, el dia se estropea casi tanto como la carretera. Me cruzo con 2 ciclistas que también van renegando del asfalto. No soy el único, jeje.





Inicio el corto descenso por unas rectas cruzando campos estériles. Se encuentra a faltar más verde...


Camino de Villacadima el poco verde que veo es tan pobre que como si no estuviera. Que le vamos a hacer! La meseta tiene esto...


Villacadima, deshabitado desde el 2003. Y no me extraña, estando donde está.


Atrás voy dejando Villacadima y el parque eólico, y voy a buscar la población de Galve de Sorbe.


Las dehesas, compañía inseparable en la etapa de hoy.


Cerca de Galve de Sorbe, ya puedo ver el castillo. El actual castillo de Galve se levantó sobre uno anterior de origen andalusí que defendía la frontera del Califato de Córdoba con el Reino de Castilla. Actualmente, y es una lástima, se encuentra en estado de ruina progresiva, abandonado por sus dueños.


Galve de Sorbe.


Corta subida para coronar el alto del Campanario de Galve, siempre igual, siempre por esta anchísima carretera flanqueada por pinos.


Tras coronar, vienen muchos kilómetros de terreno descendente, aunque, y siempre según mi opinión, los paisajes no son para tirar cohetes.








De ese macizo vengo...


... y a esas llanuras voy.


Llego a Cogolludo bien de tiempo, lo que me permite darme una vueltecilla por el pueblo. Aquí está el Palacio de los Duques de Medinaceli o Palacio ducal de Cogolludo. Me doy una vuelta y, sin más, me acercaré al coche.


Con las piernas bien cansadas, me cambio de ropa y me preparo para el, por suerte, corto traslado hasta Jadraque.

Como llego a Jadraque de dia, cenaré allí mismo, y luego me voy a una gasolinera donde en los lavabos me aseo bien con mi esponja, mi toalla y mi bote de jabón. Ya cenado y limpio, busco con esmero un sitio céntrico para dormir pero a la vez tranquilo, pues es sábado noche y ya veo bastantes grupos de jóvenes con ganas de juerga.

Encuentro ese sitio justo delante del ambulatorio, por lo que tapo los cristales, me meto en el saco y... a dormir!
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