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jueves, 2 de agosto de 2012

Piemonte, dia III: Valle Maira







Pasa un poco de las 11:30 de la mañana cuando ya estoy a punto de iniciar el segundo sector del dia. Con las piernas cansadas por el durísimo primer sector, este será mucho más tranquilo. Se trata de remontar el Valle Maira hasta el final del asfalto, más o menos en la localidad de Chiappera.

Empiezo a pedalear en la población de Pratto Inferiore.




Bonitas todas estas iglesias de la zona.




Atravesando la población de Prazzo. Por delante tengo unos 16 kilómetros de subida, pero con una pendiente media rondando solamente el 4%.




Pasando por otra pequeña población, Maddalena. De momento nos movemos entre el 2 y el 3% de desnivel, un auténtico paseo.




Salimos de Maddalena en busca de un pueblo mayor, Acceglio, donde los porcentajes ya aumentarán.




Llego a las afueras de Acceglio.




El Rio Maira a su paso por Acceglio.




Termino de pasar Acceglio y ya empezaré a encontrar pendientes del 6%.




Pronto dejo abajo Acceglio.




Algunas casas aisladas a los lados de la carretera que remonta el Valle Maira.




Subiendo dirección a las grandes montañas que cierran el valle.




También encontramos curvas de herradura.




Pasando por Saretto.




El refrescante Lago di Saretto.




Me acerco al final de la subida, atravesando otra zona de muy poca pendiente. Delante tengo la Rocca Provenzale, que marca el final del asfalto.




Acercándome a Chiappera, que ya tengo a la vista, tras la que se alza la susodicha Rocca Provenzale.




Llego a Chiappera, aunque el asfalto sigue algo más de un kilómetro.




Por tanto, continúo pedaleando en busca de la base de la Rocca Provenzale.




Carreterita estrecha, a punto de llegar al final del asfalto.




Hasta aquí llega la carretera. Por la derecha tenemos la Rocca Provenzale.




Retorno plácidamente por el mismo camino y llego al coche hacia las 13:45. Tengo unos 40 minutos de coche ahora hasta el siguiente destino, por lo que no voy a tener problemas en completar un sector más.

Por tanto, bici al maletero y sin quitarme nada más que el casco me pongo en marcha, que aun queda mucho por descubrir en esta tercera etapa.

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