Son las 13:30 cuando aparco el coche en el cruce de la carretera que sube hasta el Monte Bracco. Justo en el cruce me encuentro esta máquina, que sirve para cronometrarte la subida si tienes la targeta. Arriba hay otra máquina igual. Se trata de "fichar" aquí abajo, esperar una señal acústica y empezar a pedalear. Al llegar arriba "fichas" otra vez y se queda marcado tu tiempo.
He dejado el coche en el cruce aparcado como he podido, pues no hay sitio claro en los alrededores. Tampoco voy a estar mucho rato, así que espero no molestar.
Nada más empezar ya se ve que la cosa no es broma. La subida consta de poco más de 5 kilómetros al 10.6% de media.
El ambiente es tórrido. Estoy a 400 metros de altitud únicamente y subiendo en todo momento cerrado por la vegetación. No corre aire ni queriendo.
Para colmo, estos cartelitos te informan de lo que te queda por delante. Ahora viene un kilómetro al 11.6%.
Las curvas de herradura nos ofrecen mínimas treguas que no sirven para relajar los músculos.
Piñón grande de principio a fin en esta corta pero durísima subida. Estamos en el tramo más duro, dos kilómetros consecutivos al 13.5% de desnivel.
Bañado en sudor llego al único descanso, al pasar por Barne. Será medio kilómetro a poco más del 3%.
Veo pequeñas vírgenes junto a la carretera, que no sé si son reales o ya estoy desvariando, con el sudor cayéndome a chorro por todas partes.
Los dos últimos kilómetros "solamente" son al 9.5% de media.
Estas zona de grandes árboles se agradecen pues al menos no me da el sol de pleno.
Se abre el bosque y se intuye cerca la cima del monte.
Llegando a la cima del Monte Bracco.
Por fin corono esta durísima ascensión, 55 minutos después de haber empezado.
Aquí está la máquina que controla el tiempo empleado.
En la cima algún que otro local de restauración.
Hacia el NE observo la impresionante llanura, denominada Pianura Padana, formada por el Rio Po, que pasa por su centro. Es la llanura más amplia de Italia y de toda la Europa Mediterranea, con una extensión de 46.000 kilómetros cuadrados.
Zonas de descanso que no voy a aprovechar pues no tardaré en darme media vuelta.
Último vistazo en dirección contraria a la llanura, para ver las primeras estribaciones de los Alpes.
Tras una rauda bajada, llego al coche a las 14.45 bajo un calor insoportable. Sudado como estoy, conduzco sin cambiarme escasos 20 minutillos para aparcar en Bagnolo Piemonte, donde iniciaré el tercer y último sector de la etapa de hoy.
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