Son poco más de las 5 de la mañana cuando suena por última vez el despertador en tierras italianas. Empieza así el octavo y último dia de ciclismo por los Alpes Italianos. Y el broche final a esta larga semana se iniciará con uno de los puertos más espectaculares de todos los Alpes: el Nivolet.
A las 6 de la mañana empiezo a pedalear en Rosone. Por delante, hasta la cima del Nivolet, me esperan 35 kilómetros al 5.6% de pendiente media. Casi nada!
Empiezo a remontar el Valle Orco, también llamado Valle di Locana, siempre por el margen derecho del rio Orco. En el otro lado del rio iremos viendo pequeños nucleos de población, como éste de la foto, aunque las poblaciones más importantes siempre estarán por el lado derecho según subimos.
En esta parte baja del valle la carretera es amplia y está en buen estado.
Encontramos un primer túnel, cortito, poco antes de llegar a Noasca.
Paso por Noasca cuando llevo recorridos 10 kilómetros bastante suaves, al 4% de media aproximadamente.
Recordatorio a los caidos en Noasca.
Salgo de Noasca acompañado por el ruido del agua en esta cascada.
Nada más salir de Noasca tendré un kilómetro al 10%, el primero que hace daño de verdad en esta ascensión.
Tras ese duro kilómetro, entro en el largo túnel.
Son cerca de 4 kilómetros de túnel a una media del 8%, lo que me garantiza estar aquí dentro una buena media hora.
Cuando salgo del túnel, el sol ya está calentando las montañas que tengo por delante y que son frontera con Francia.
Prese será la primera población por la que pasaré tras salir del túnel.
Seguiré avanzando en busca de Ceresole Reale.
Pasando por Ceresole Reale...
... población situada junto al Lago di Ceresole.
Lago di Ceresole.
Tras bordear el lago, entro en una zona donde el valle se estrecha bastante.
Transitando por una zona de poca pendiente tras Ceresole Reale. Serán unos 5 kilómetros donde podremos tomarnos un respiro antes de iniciar los últimos 13 kilómetros, muy exigentes.
Una pequeña capilla muy cerca de la carretera.
Bosque de abetos antes de salir a terreno pelado de pastos.
Salimos del bosque y empezamos con la parte final. Son 13 kilómetros al 7.5% de media.
Tras varios dias de mal tiempo, he tenido suerte y luce una mañana preciosa.
Por la izquierda podemos ver el Glaciar del Carro mientras por el centro vemos como la carretera va ganando altura en dirección al macizo de la Punta di Galisia.
Hacia la izquierda va quedando el Vallone del Carro.
Observamos el trazado de la carretera por delante de nuestra posición.
Ganamos altura rápidamente y dejamos abajo el Vallone del Carro. Estamos en un tramo de 5 kilómetros donde la pendiente no bajará del 9% en ningún momento.
Vemos el zigzagueante trazado de la carretera en busca de ese paso natural tras el que encontraremos el Lago Serrú.
Subiendo penosamente este kilómetro al 10% de pendiente media.
Vista atrás para ver la pendiente superada y de paso echar un vistazo al Glaciar del Carro. A la izquierda del glaciar vemos la Cima del Carro, de más de 3.300 metros.
La carretera sube sin darnos ningún descanso en busca del Lago Serrú.
Abriéndose paso entre estas moles rocosas.
Últimas curvas antes de llegar a ese paso natural.
Buena perspectiva del terreno ascendido desde que abandonamos el fondo del valle.
Impresionante esta subida al Nivolet.
Llego a las inmediaciones del Lago Serrú y parece que la pendiente aminora un poco.
Pedaleando hacia la presa del Lago Serrú, que superaré por la derecha.
Bajo la presa del Lago Serrú.
Lago Serrú. Al otro lado destaca la Cima d'Oin (3.280 m), con la Cima del Carro a su izquierda tras el glaciar (3.326 m) y la Cima della Vacca (3.183 m) a su derecha.
Tras el Lago Serrú, pasamos junto a esta pequeña presa, escoltada por la Punta di Galisia.
Un descanso tras el Lago Serrú.
Incluso un poco de bajada para bordear parte del Lago Agnel, siempre bajo la atenta mirada de la Punta di Galisia (3.345 m), que es frontera con Francia.
Vemos ese kilómetro de descanso que he tenido. Tras el Lago Agnel, únicamente me restan 4 kilómetros para llegar a la cima, algo por encima del 7.5% de pendiente media.
La Punta di Galisia domina al entorno. Al otro lado, Francia.
Lago Serrú por la izquierda y Lago Agnel, sobre el que se levanta la Punta di Galisia, en el centro.
Por ahí arriba, bajo ese vértice, pasa la carretera.
Ganando altura sobre el Lago Agnel.
A continuación, una serie de fotos de los últimos kilómetros de la ascensión. Sin palabras.
Llego al cartel de la cima del Colle del Nivolet a las 10:30 de la mañana. Han sido 4 horas y media de continuo ascenso.
Me asomo a la otra vertiente, donde la carretera asfaltada desciende hasta el Lago del Nivolet.
Tras disfrutar de las increibles vistas, hay que dar media vuelta para iniciar el descenso.
Bajo mis pies el Lago Serrú, con ese característico azul turquesa, y el Lago Agnel.
En busca del fondo del Valle Orco o Valle di Locana.
Llegando a la zona de los abetos.
Paso por el tramo angosto...
... y llego al Lago di Ceresole.
Paso por la población de Ceresole Reale...
... y me preparo para pasar el túnel, que a más de 60 km/h en poco más de 3 minutos lo tengo superado.
Son las 12:00 del mediodía cuando llego al coche, a Rosone, 6 horas después de haber empezado a pedalear. Cojo algo de comida y en este mismo pueblo se inicia la durísima subida al Lago di Teleccio.
Estas tuberías de captación de aguas me acompañarán en el inicio de la ascensión al Lago di Teleccio.
Este puerto es terrible. Son 12 kilómetros al 10.4% de pendiente media.
Para abrir boca, los 3 primeros kilómetros ya son al 11.5% de media. Si a esto le unimos el calor sofocante que hace a esta altitud (aun no he superado los 1.000 metros) es fácil darse cuenta de lo duro que resulta.
Ganando altura sobre Rosone.
No corre ni una gota de aire.
Me acerco a San Lorenzo.
El firme es muy rugoso, lo que le da un plus de dureza, por si faltaba algo.
Llego a San Lorenzo, donde cogeré agua en una fuente.
Un par de kilómetros al 5% de media me dan un ligero descanso antes de lo que se avecina.
El Valle de Piantonetto se cierra.
Bonita casa de verano en este Valle de Piantonetto.
La carretera continúa por el fondo del valle en busca del terrorífico tramo final.
Ahí delante empieza la masacre. Serán 5 kilómetros al 12.3% de pendiente media.
Que no nos engañe la belleza del paisaje. Esto es para morirse!
Carretera muy estrecha.
Allí arriba, en el centro, si nos fijamos veremos la carretera por donde pasa.
Tremendas curvas de herradura.
A todo esto, decir que toda esta parte final de la subida está con unos perfiles metálicos que atraviesan perpendicularmente la carretera. Algunos están en muy mal estado, y para descender tuve incluso que parar y pasarlos caminando. Hay muchos, por lo que el descenso de este puerto se convierte en una auténtica tortura.
Sigue la subida sin bajar del 12% en ningún momento.
Pasando junto al torrente que desciende del cada vez más cercano Lago di Teleccio.
Tremendamente exigente esta ascensión.
Desde aquí vemos esta parte de la subida ya superada.
Por fin tengo a la vista la presa del Lago di Teleccio, aunque aun me quedan casi dos kilómetros al 13% de media, la guinda final.
Los últimos kilómetros hasta la presa son los peores, con una media del 13% y plagados de perfiles metálicos atravesando el asfalto.
Algo de sombra al pasar por este túnel de piedra.
Bajo la presa del Lago di Teleccio.
Un apretón final y llegaré a lo alto de la presa.
Por fin! He llegado a lo alto de la subida. Junto a mi, el Lago di Teleccio.
Lago di Teleccio, de azul turquesa, en la cabecera del Valle di Piantonetto.
Hay que darse media vuelta y afrontar una de las peores bajadas que recuerdo, por culpa de los malditos perfiles metálicos y la fortísima pendiente.
Deseoso de llegar al fondo del valle.
Una vez aquí, ya puedo relajarme y descansar las manos, que tengo agarrotadas de tanto frenar.
Paso por San Lorenzo y ya tengo a la vista el Valle Orco, donde finalizaré este primer sector de hoy.
A las 14:50 llego a Rosone, terminando así el primer sector de la etapa de hoy. Han sido casi 9 horas, donde he recorrido unos 100 kilómetros y me he metido un desnivel de 3.200 metros.
Estoy muy cansado, pero aun me da tiempo de hacer un sector más, que será cortito pero matón. Por tanto, cargo la bici al maletero del coche y me pongo rumbo a Quincinetto, en el Valle de Aosta, donde llegaré tras una hora de conducción.
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